- Mamá, soy un crack en todo. Soy la bomba . El mejor.
- Mamá, soy lo peor, soy tonto y no sé hacer nada.
Estas son dos frases con las que mi hijo de casi 9 años me puede recibir cualquier día. Por cualquier tema, y sin justificación aparente.
¿ Dónde está el límite? ¿ En qué momento animar a tu hijo es demasiado y lo estás adulando? ¿ En qué punto ser realista y decirle que algo no lo hace bien es desanimarle a hacer algo?
Mi hijo, aparte de ser un niño y llevar implícito en su naturaleza el tremendismo, es maridramas. Un pantojo total. Le encanta hacer el teatro, pero la realidad es que también es muy sensible y esas "actuaciones" a veces ocultan la verdadera razón de su desazón. Es un niño muy inteligente, con muy buen fondo además. Y no es un líder. Es "el acompañante de". Y también tiene un sentido de la justicia muy agudo, excesivamente a veces.
Todo ello, lleva a que a pesar de ser un entusiasta en todo, jugar a baloncesto, cantar en el coro, ir a montañismo, sacar muy buenas notas, ser el mayor, el más alto y el más grande, quiera más. Es (para mi disgusto) demasiado competitivo. Siempre intenta sobresalir, y como es consciente de que es grande y puede hacer daño, nunca pega. Sus vías para intentar despuntar son otras:
- en coro es uno de los dos únicos niños. El resto son niñas. Así, además de hacer algo que le encanta, destaca.(O eso piensa él. Pero además canta bien)
- en clase saca muy buenas notas, sí, pero se las han bajado porque en su afán por ser el mejor hay ocasiones en las que molesta a sus compañeros con sus preguntas, su impaciencia y su agobio.
- cuando hay un conflicto entre otros niños, él es quien se mete a defender al que ha identificado como el débil de la situación, por lo que, además de agravar el conflicto en sí (dentro del tipo de jaleo del que hablamos, una situación infantil) acaba generalmente siendo el centro de la misma. Se convierte en un momento determinado en el origen del nuevo conflicto.
Él no lo entiende. Y nosotros no sabemos muy bien cómo ayudarle. La cuestión para mí radica muchas veces en que él se ve a través de cómo cree que le ven los demás. Pero al mismo tiempo no ve cómo realmente le ven. ¿Tiene esto algún sentido? Yo diría que somos (no sólo él) esclavos sociales: nuestros éxitos y fracasos lo son en la medida que esa es la percepción de nuestro particular público.
Y esto, en edad escolar, es lo que creo que debemos cuidar más. Ese afán por ser popular, por estar en el grupo molón, por sobresalir. Eso que en las películas americanas nos parece una barbaridad, la dicotomía entre la animadora y la chica del montón, el deportista y el geek gafapasta. Leo barbaridades sobre niños que se suicidan, que tienen vidas horribles por lo que sus compañeros les hacen sufrir con sus burlas. No quiero que mi hijo pase por ahí, pero tampoco que se convierta en uno de esos acosadores.
El gordito, el de gafas, el que va mal en deportes, el que suspende, el que es el empollón, el que....todo etiquetas que ellos sin querer interiorizan como parte de su yo, y les llevan a tener unos complejos que desde fuera no tienen ningún sentido.
Yo misma soy una persona con muchos complejos, físicos y no físicos. Algunos de ellos soy consciente de la época (adolescente) en la que surgieron. Otros incluso han dejado de tener fundamento hace muchos años, pero su huella está ahí....me acompañan ocultos y de pronto, cuando menos me los espero, aparecen para ensombrecer mi día. Pero ya soy adulta, he aprendido a convivir con ellos....más o menos.
En el caso de los niños, es complicado hacerles que se acepten como son, y que los demás les acepten también cuando no son los mejores en algo. O cuando sí lo son....las críticas llueven de todas partes. O ¿acaso nunca habéis oído "no te preocupes, aunque fulanito sea mejor que tú en esto, es fatal en esto otro"? Lo que intenta ser un alivio para tu hijo, se convierte en una crítica hacia otro, y con eso se queda él en la cabeza.
Y esto, en edad escolar, es lo que creo que debemos cuidar más. Ese afán por ser popular, por estar en el grupo molón, por sobresalir. Eso que en las películas americanas nos parece una barbaridad, la dicotomía entre la animadora y la chica del montón, el deportista y el geek gafapasta. Leo barbaridades sobre niños que se suicidan, que tienen vidas horribles por lo que sus compañeros les hacen sufrir con sus burlas. No quiero que mi hijo pase por ahí, pero tampoco que se convierta en uno de esos acosadores.
El gordito, el de gafas, el que va mal en deportes, el que suspende, el que es el empollón, el que....todo etiquetas que ellos sin querer interiorizan como parte de su yo, y les llevan a tener unos complejos que desde fuera no tienen ningún sentido.
Yo misma soy una persona con muchos complejos, físicos y no físicos. Algunos de ellos soy consciente de la época (adolescente) en la que surgieron. Otros incluso han dejado de tener fundamento hace muchos años, pero su huella está ahí....me acompañan ocultos y de pronto, cuando menos me los espero, aparecen para ensombrecer mi día. Pero ya soy adulta, he aprendido a convivir con ellos....más o menos.
En el caso de los niños, es complicado hacerles que se acepten como son, y que los demás les acepten también cuando no son los mejores en algo. O cuando sí lo son....las críticas llueven de todas partes. O ¿acaso nunca habéis oído "no te preocupes, aunque fulanito sea mejor que tú en esto, es fatal en esto otro"? Lo que intenta ser un alivio para tu hijo, se convierte en una crítica hacia otro, y con eso se queda él en la cabeza.
Nosotros, como padres, intentamos comunicarle lo que creemos puntos claves a través de nuestra actitud diaria y de conversaciones:
- para nosotros siempre es el mejor, y lo querremos haga lo que haga. Y sea como sea.
- no se puede ser el mejor en todo. Hay cosas que se te dan bien, y cosas que no.
- el esfuerzo es lo que cuenta.
- da igual que otros hagan algo. Si está mal, tú no lo hagas.
- ayuda a los demás, pero date cuenta de que no todos querrán esa ayuda o la necesitarán. Pregunta.
- tus amigos son amigos si te quieren como eres. No seas diferente para gustar a los demás.
- antes de hacer algo, intenta ponerte en el lugar del otro. Tu punto de vista puede cambiar.
- antes de hacer algo, intenta ponerte en el lugar del otro. Tu punto de vista puede cambiar.
Y espero que así, poco a poco, continuemos guiándole hacia un buen camino, en el que se convierta en una persona segura de sí misma y que mantenga ese buen corazón, enorme, que tiene.
PORQUE LA VIDA NO ES OTRA
ESTÚPIDA PELI AMERICANA
Con este post me uno a la iniciativa de @Merakluna y su carnaval #hayvidadespuesdelos6. Podéis leer otras entradas anteriores en www.ciclogenesisimplosiva.blogspot.com
Cuanta razón Paula... Yo estoy temiendo que las peques crezcan y con ese crecimiento los problemas se multipliquen.
ResponderEliminarCreo que en el fondo ed muy importante el apoyo que les damos, y que muchas veces la falta de autoestima radica en no saber transmitir ese amor, en sus defectos y virtudes.
Me ha emcsnto.
Comparto esa preocupación tanto por el defecto en la autoestima como por el exceso. ¿Cómo encontrar el punto de equilibrio?
ResponderEliminarHasta ahora me había empeñado en reforzar esa autoestima. Y si me he pasado?
Hola Paula!
ResponderEliminarComo bien dices... el camino hacia la seguridad en uno mismo, la autoestima sana y la aceptación y aprecio de la propia persona es un camino de largo recorrido. Muchos de nosotros estamos todavía "en proceso de". Creo que ese es un buen ejemplo: El ver que nosotros mismos seguimos trabajando en ello. ¿Qué más podemos darles? Las explicaciones no valen si no van acorde con nuestro comportamiento ¿no?
Yo creo que se trata de establecer relaciones sanas en casa (lo cual no es siempre es fácil) y confiar en su capacidad para ir descubriendo las que no lo son.
Totalmente de acuerdo Paula! Esta época, bueno y todas, son muy complicadas. Y yo también temo no estar a la altura, no saber transmitir a mis hijos lo que les quiero decir o que entiendan y por consiguiente no sean ellos mismos por una u otra cosa. Ufff, es tan difícil todo, o por lo menos desde que soy madre...jajaja.
ResponderEliminarAlgunas de las cosas que has comentado de tu hijo me han recordado al mío, sobre todo en la competitividad...
Un besito
Me encanta tu post, porque condensa buena parte de los temores que se nos presentan en una etapa muy delicada en la que ellos buscan su primer lugar en su mundo. Después se irán reubicando, lo sé, pero la forma en la que encajen la primera vez determinarán como afrontan sus siguientes tránsitos. O eso al menos pienso yo. Las siete ideas que tratais de inculcarle desde casa son básicas, creo que, con particularidades, todos las firmaríamos para los nuestros. El problema muchas veces radica en que, por ejemplo, cuando yo trato de explicarle a FP algunos elementos de su comportamiento que socialmente no son adecuados -ser demasiado confiada, compartirlo todo con las amigas, no hacerse valorar en el grupo...- al final, me da la sensación de que puedo generarle una inseguridad a la hora de comportarse, es decir, que yo misma mino la seguridad en sus actos. No se si me explico.
ResponderEliminarBienvenida, amiga; gracias por sumarte a la iniciativa porque sé que tienes mucho que aportar. Ese Manu tiene gran vida interior ;-)
Pues eso se cren los niños de hoy en día... que la vida es una película y americana. Si es que yo ya cuando están viendo según que ya les digo "eso es mentira". "la vida no es así".... ya con los anuncios les he de decir que "exageran para vender".... Supongo lo entenderán... pero yo allí lo dejo.
ResponderEliminarTu niño me da que es un encanto y buenísimo. Lo que pasa es que no queremos que sufran. Pero tal y como lo has descrito lo he visto ideal... de nuero, vaya... jajaja ;)
Genial post y muy buenas las frases de las comunicaciones para con él por vuestra parte. En nuestra mano está en la mayoría de ocasiones el transmitir, educar, criar, para que vayan por ese buen camino.
ResponderEliminarPues no lo podías haber explicado mejor, creo que esos miedos de no pertenecer a un grupo social dentro de la clase o del colegio forman parte del crecimiento de cada niño, y ahí es donde se les debe ayudar, explicarles que no por formar parte de un grupo se es mejor que otro.
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