A LA CARGA MIS VALIENTES HORMIGAS #diariodemadreloca

Hay días y días.

Hay días en los que ves todo de color de rosa, la vida es bella y tú eres consciente de que tienes mucha suerte. Por lo que tienes y por lo que no. Esto último ni lo echas de menos. Ríes y cantas, bailas y haces el tonto. Te crees que puedes con todo. Y la realidad es que es así. Llegas a casa y (salvo momentos puntuales de #madreloca) disfrutas de ese rato en familia. 

Pero hay días negros o, como poco, gris oscuro. Son esos en los que de pronto cualquier cosa es demasiado.  Y así, en menos de un minuto, tu vida parece menos idílica y tu suerte la ves como algo de cuento infantil. 

Pues esta semana parece que llevo la mochila cargada hasta los topes y que soy una especie de gruñona a la que nada le parece suficiente. No ha cambiado nada sustancial respecto a días anteriores en los que todo era genial. Simplemente, creo que mi mochila se ha llenado, mi vaso ha rebosado con esa última gota, ese grano de arena de pronto es una montaña....todas las frases hechas que me vienen a la cabeza son del mismo palo. 

Y entonces me enfado conmigo misma. Me fustigo un poquito más de la cuenta. Y me siento pequeñita....Como una especie de bicho insignificante que, haga lo que haga, nunca va a sobrevivir a esto. Una persona medio loca, que sube y baja como un balancín sin control. De una emoción a otra, sin pasar nunca mucho tiempo en el punto medio. 

No es que nada sea más que otras veces, simplemente necesito descargar. Soltar un poco de lastre y dejar espacio. Así, entonces, seguiré siendo ese bicho, ese insecto, pero más del tipo de una hormiga. De esas que pueden levantar 20 veces su propio peso y que, como en el cuento, pasito a pasito y trabajando en sus tarea, van construyendo ese algo para el que han sido genéticamente programadas.

Así que, a la espera de una nueva subida de balancín, de un poco más de espacio en esa mochila y de ese vaso medio lleno, seguiremos luchando para que cada día sea un poco mejor.

¡¡¡¡A LA CARGA MIS VALIENTES!!!!