Tiendo a acumular ropa, soy una especie de Diógenes en esto:
- la de "por si adelgazo"
- la de "por si vuelve a llevarse"
- la de "¡pero si está nueva!"
Pero un día decidí que ya no podía ser. Y decidí empezar por lo básico, la ropa interior. Hice limpieza del cajón de la ropa interior y decidí que todo aquello que hacía más de un año que no usaba se iba a la basura. Esos sujes que antes rellenaba y ahora ni sujetan, esas braguitas que un día fueron blancas o tuvieron una goma ajustada y ya son loose total....Y entre ese todo inutilizado, estaban los tangas.
Podría hacer una oda a los tangas, ese elemento de lencería que comenzó siendo un artículo de terror y sufrimiento, se convirtió en un imprescindible, y ahora es una especie de tormento abandonado al fondo del cajón. Decidido, a la basura.
Pero llega el día, generalmente al poco tiempo de la limpieza de cajones, en que todo lo que tienes no sirve para ese mono que te has comprado porque quieres ser igual de trendy que el resto y empiezas a pensar que eres lo menos oportuno que hay en la faz de la tierra. Con estas, se transparenta. Con estas otras, parece que tengas 4 culos. Las otras, de tirón constante.... Así que, nada, a la bragatienda a comprar. Ahora es cuando confieso que las de mi avatar no son mi estilo. Pero imagino que ya os hacíais una idea....
En fin, que me voy a una de esas tiendas ideales que mi ídolo Amancio ha tenido a bien poner al alcance del público de a pie, para surtir de nuevo mi cajón. Las compras, fáciles y divertidas: un pack de 3 de colores pastel con una tira de encaje, preciosas, y una denominada "braguita invisible". Bravo, seguro que esta es la que resuelve mis problemas con ese dichoso mono.
Llega el paquete a casa (compras online, mi mundo) y lo abro. Bárbara conmigo. Para que os hagáis una idea, os reproduzco su comentario: "mamá, qué braguitas tan bonitas. ¿Cuándo sea mayor voy a poder usar la azul, la rosa y la gris del lacito blanco? La otra, esa color culo, no la quiero."
Jajajajajaja, así que ya veis, las braguitas invisibles podrían haberse llamando "braguitas antilujuria". Porque vaya horror....
Pero bueno, a estas alturas de mi vida, hay que hacerse a la idea y seguir. Quiero estrenar mi mono, ese taaaaaaaan ideal que (tras varios años con la idea rondando) por fin me atreví a comprarme. El mono es muy mono, sí, pero me dio una serie de problemas.
Había quedado con gente para tomar algo, así que decidí "ir de estreno". Vueltas y vueltas por Madrid, no encuentro sitio para aparcar. La ingesta de agua adecuada a las temperaturas de 40 grados y el paseo desde el parking a la cafetería no ayudan. Me lo hago, me lo hago encima. Y mientras ando los 300 metros que separan el aparcamiento de la cafetería empiezo a notarlo....la braguita es invisible, sí, pero para el resto del universo....porque la realidad es que, para mí, es un suplicio. Unas ganas insuperables de pegar un tirón y sacar ese trozo de tela color culo de entre el mismísimo empiezan a machacarme la mente. Esto es una tortura..y encima me hago pis. ¿ Llegaré? uf.....un poquito más rápido. ¡No puede ser! ¿Pero no se suponía que esto no era un tanga? ¿Lo de invisibles es porque han desaparecido entre y entre? ¡Corre!
Apurada, ya no aguanto más cuando consigo entrar en la cafetería, Afú, afú, "hola chicas, un beso y ahora mismo os veo que tengo que ir al baño". Mi cara de alivio cuando cierro la puerta del baño es casi de éxtasis. Pero ahí empieza lo peor....El dichoso mono es eso...¡un mono! Desabrocha por arriba, deshaz el nudo del cinturón,,,,no me aguanto, ay Dios. Un ruidito constante de algo que cae me acompaña, pero es tal mi apuro que ni me fjo. Plop, plop, plop... Lo consigo, el "momento pingüino" está aquí, y mi gesto de satisfacción por el éxito conseguido, lo mejor. Esto ha sido una contrarreloj, ni Alberto Contador habría sido tan rápido.
Plop plop, plop...¿Qué será eso?
Listo, me dispongo a recomponer mi atuendo (braga invisible que ya odio con toda mi alma incluida) cuando lo veo...Ese plop, plop es el lavabo que gotea. El suelo estaba empapado. El bajo de mi precioso mono encharcado. El cinturón es un churro de agua que, al menos, parece limpia.
Nada que hacer, no hay remedio. Me arreglo, escurro el cinturón, me lavo las manos, un último tirón al tormento que llevo a modo de lencería y....¡A disimular y comerse el mundo!
Así que, mis reflexiones sobre el mono y la invisibilidad:
- ¿Cómodo? Para nada.
- ¿Fresco? Por la parte que se refiere a empapado sí, por el resto, pocas veces he sudado tanto de agobio.
- ¿Invisibles? Eso sí, porque a partir de este momento, las mencionadas braguitas pasan al fondo del cajón, hasta que dentro de otros 2 años me acuerde de hacer limpieza y tirar aquello que hace más de un año que no me pongo.